
Tras mucho esfuerzo, mami estaba agotada, ya no podía con mi alma, no podía ni abrir los ojos para mirarte, y nos subieron a nuestra habitación, papi me dijo que descansara, que él te cuidaría, pero yo no quería separarme de ti ni para dormir, pero el cansancio pudo conmigo y caí rendida en los brazos de Morfeo, y tu misma te hiciste notar ya que me estabas reclamando.
Empezamos con otra de las muchas aventuras que tiene ser madre; la lactancia. En las clases de preparación al parto te guían un poco pero no te dicen lo duro que puede llegar a ser, pero a la vez tan bonito, porque es un momento único entre nosotras dos. Tuvimos suerte en que te agarrabas bien al pecho, pero te cansabas pronto y te ponías a llorar, no terminabas de comer, y ya estaba yo, volviendo a sacarla para volver a pegarte. Recordé en esos momentos también lo que me dijo la matrona en las clases que te pusiera muchas veces al pecho, como si era todo el día pegada, porque así la subida de la leche no sería dolorosa, y le hicimos caso al pie de la letra.
También estábamos un poco preocupados por tu problema de hidronefrosis, y estábamos a la espera de que te hicieran una eco a las 48 horas de nacer, para ver como estaban los riñones, porque si estaban muy dilatados te tendrían que operar.
La verdad que los 3 días que estuvimos ingresados nos pasó de todo porque también en la revisión que te hace el pediatra cuando naces te vieron un soplo en el corazón y también te tuvieron que hacer una eco, tan chiquitita, pero nos dijeron que no nos preocuparamos porque muchos niños nacen con soplos que al cabo del tiempo desaparecen, así que nos dieron hora para que te hiciéramos otra eco al cabo de un mes, y por si no fuera poco también en la revisión que te hacen de lo oídos nos la tuvieron que repetir todos los días de nuestra estancia porque había un oído que no salía bien, menos mal que ya el último día salió bien por que si no hubiéramos tenido que volver otro día a repetirla, y el colmo de los colmos ya fue.... la ictericia, estabas amarilla, amarilla, yo no lo notaba pero la gente que te veía si, y tenías bastante hasta se te quedó lo blanco de los ojos amarillo, así que nos mandaron a que te desnudáramos y te pusiéramos delante de la ventana, para que te diera la luz del sol.
Pero no todo fueron obstáculos, mucha gente nos fue a visitar, y la verdad se quedaban asombrados contigo, entre tu pelo, lo larga que eras, que no estabas encogida como un bebé, estabas estirada y todo el mundo me decía que eras exótica, pelo negro, ojos grandes, piel morena, todo lo contrario a como estas ahora, has cambiado tanto, pero bueno, eso es otro post.
Pues seguimos con la lactancia y por la mañana vino la enfermera especialista en lactancia y nos explico todo como lo teníamos que hacer y vio que ya me había subido la leche y que en el pecho derecho, que me dolía mucho y lo tenía super duro y caliente, se me estaba haciendo una mastitis, por lo que me dio un masaje, por llamarlo de alguna manera que me acordé de toda su descendencia, que dolor, dios mio, pero gracias a eso y los demás días que me siguió masajeando no se me hizo la mastitis. Y ya le cogimos el truquillo a eso de la lactancia y ya cada día nos íbamos conociendo más, porque ahora se trataba de eso, de conocernos la una a la otra, pero no nos debemos olvidar de ese gran hombre que siempre estaba con nosotras... Papi, que de no haber cogido un niño nunca, con que estilazo te cogía aunque siempre con precaución porque decía que le daba miedo que te resbalaras de sus manos y ese primer cambio de pañal, que hay una prueba fotográfica de eso, se le acumuló un poco el trabajo, eso de cogerte las piernitas, sacar las toallitas, limpiarte el culito, abrir el pañal, ponértelo, aya tuvo que ir en su ayuda, porque ya se estaba agobiando, pero eso le pasó con el primero, es un papi muy aplicado que a la segunda vez ya era todo un experto.
Ay mi vida no me podía creer que ya estabas con nosotros, cuántas veces habíamos soñado papi y yo estando en casa con tu llegada, en como serías, a quien te parecerías, un millón de sueños que por fin se habían hecho realidad, mi mayor sueño se hizo por fin realidad, Tú mi vida. No me podía separar de ti, quería vivir cada momento a tu lado, mirándote, grabando tu cara en mi mente, tu olor, ese olor a bebé a mi bebé.
Y llegó el momento de la eco para tu hidronefrosis, y como a mami la estaba mirando el doctor fue papi contigo. Yo estaba nerviosa porque eras muy chiquitita para operarte así que recé para que eso no sucediera. Y al cabo de un rato papi y tu volvisteis a la habitación y papi me dijo que el médico le dijo que tenía la misma dilatación que los meses atrás y que si estabas orinando bien, pues por el momento no había que hacerte nada, seguir con las ecos todos los meses y vigilarte la fiebre por si cogías infección de orina, que es una cosa muy común con este problema. Así que nos dieron hora para la próxima eco y allí harían estudios más exhaustivos para encontrar el motivo de la dilatación.
Ya estábamos deseando irnos a casa, bueno a casa de los ayos, nos íbamos allí una semanita, para que aya nos echara una mano, con la nueva vida juntos, ya como una familia.
Para salir de la clínica titi te había comprado un vestido súper lindo de nido de abeja, en color beig, precioso, y un body también precioso, y llegó la hora de vestirte y que sorpresa, eras una niña muy grande y el body te quedaba de top, y el vestido, el botón de arriba no te cerraba pero le hicimos un apaño, y no se notó nada, que guapa estabas, y salimos de allí rumbo a una nueva vida los tres juntos.
Te quiero mi vida
enhorawenaaaaaaaa!!!!
ResponderEliminares una monadaaa de bebit!
:-)
pasate x mi blog!
muak!